GUSTO Y BUEN GUSTO
Hoy nuestra cita es con la esencia del Gusto y de igual forma abarcaremos dos definiciones. ¨El buen gusto es el equivalente femenino del genio…¨ Edward Fitzgerald.
La primera definición de gusto describe el sentido corporal localizado en la lengua por el que se percibe el sabor de las cosas. Nos permite distinguir entre dulce, amargo, ácido y salado. Tanto si comes en una Taberna como en un Restaurant de cinco tenedores, el Chef solo tiene cuatro sabores básicos con que jugar, pero es allí precisamente donde reside la diversión o el gusto por maravillarnos.
Entremos en la aventura…te pregunto ¿Cuántos tipos de miel has probado en tu vida? Dices que no te gusta la miel. Lo mismo creía yo hasta que descubrí que hay unos trescientos tipos distintos. Hay miel de Romero, Salvia, Espliego, Azahar, Brezo, etc. esperando a que las pruebes. Así pues, esta tarde, junto con el Té y la Tostada, lánzate a probar. Como dice la autora Sara Ban Breathnach: ¨… Unta un poco de placer sensual en la seca corteza de tus costumbres…¨.
La segunda definición de gusto indica la facultad mental por la que discernimos o apreciamos cosas por el placer que nos proporcionan. Resulta muy difícil definir con precisión qué es el ¨Buen Gusto¨ por más que haya infinidad de árbitros profesionales en los medios de comunicación, cuya única misión es decirnos como decorar la casa o adornar nuestro cuerpo.
Algunas veces hemos tenido la deliciosa experiencia de entrar en casa de alguien y sentirnos a gusto de inmediato. La decoración es agradable y relajante para el alma. Alabamos a nuestra anfitriona por su ¨Buen Gusto¨, pero lo que hacemos en realidad es felicitarnos a nosotras mismas por notar y valorar lo que nos rodea.
Regálate un momento de inspiración divina y piensa en los tres mejores momentos de tu vida. Llámalos entre tus recuerdos para que vuelvan. Contempla como surcan una ola de redescubrimiento en tu memoria sensorial mientras revives el escenario, el estado de ánimo y la fuerza de esos instantes.
Recupera un momento de alborozo y compromiso. ¿Qué hacías, qué mirabas, qué tenías en la mano, qué oías?
Recuerda un momento de lucidez y entrega. ¿Qué impulso secreto de tu corazón intuitivo te movió a actuar de aquella manera?
Revive un momento de trascendencia y renovación. ¿Qué gratitud se hallaba oculta en los sabores y las texturas de tu vida cotidiana?
Hoy visita de nuevo esos momentos en los que tu alma se elevo y, sin embargo, seguiste arraigada a la tierra. Y entonces durante todo el día, imita el exquisito momento de vivir en tu AHORA a través de la sensualidad que nos ofrecen la esencia de los sentidos.
¨Nada puede curar el alma si no los sentidos, del mismo modo que nada puede curar los sentidos si no el alma.¨ OSCAR WILDE
KARLA ALEZARD
REDACTORA Y EXPERTA
EN MARKETING Y
CRECIMIENTO PERSONAL
